Reverence
- Poesía De Mundo
- Jun 3, 2021
- 2 min read

Traducción de Julio César Aguilar
16/04/2021
“Besaré los pies de mi madre”
Reverencia
Por Marian Haddad
Traducción al castellano de Julio César Aguilar
Besaré
los pies
de mi madre.
No me avergüenza
inclinarme
hacia la hierba, húmeda
por el agua del cielo
claro. Me inclinaré
hasta ella
que me dio a luz,
en cuyo centro
fui albergada,
en cuyas aguas
nadé,
desde la concepción
hasta salir a la luz.
Hago una reverencia
ante ella
que me dio
vida, beso la pulpa
—cada dedo
adolorido por la gota,
el viaje incansable
de los viejos,
el soporte
de las cosas invisibles.
Segadora de trigo
y sembradora de semillas,
la tierra de cultivo
y el arado,
donde sus manos
tocaron suaves,
la tierra fría
desmoronándose
a través de los dedos,
del soporte
de la carne
que se alzó
fuera de ella,
levantándose tranquila,
sus hijos
niños,
y luego los de ellos.
Me inclino
a mi estatua humana,
mi fortaleza.
El sol cae,
y la luz
alrededor de su cabeza
es blanca. Y yo, la última
nacida, de rodillas
ante ella, beso
los huesos debajo
de la piel, los dedos de los pies
que duelen con los años,
ochenta y uno desprendiéndose
como la cáscara
de una fruta tropical,
cada uno manteniendo firme
la dulce pulpa adentro,
y el pozo amargo
al que todos debemos llegar.
Esto planta ella de nuevo
y lo ve subir, no
desde las ventanas,
sino desde su casa
en los cielos,
cuando, después de años,
ella continúe
viviendo en las nubes,
entre soles,
mirando abajo
esta tierra,
donde estaban sus pies,
plantados.
Poema original
Reverence
Marian Haddad
I will kiss
the feet
of my mother.
I am not ashamed
to bow down
towards grass, wet
with clear sky
water. I will bow
down to her
who birthed me,
in whose center
I was housed,
in whose waters
I swam,
from conception
to the coming out.
Bow down
to her
who gave me
life, kiss the flesh—
each digit
achy with gout,
the tireless travel
of the old,
the bearing
of things unseen.
Harvester of wheat
and planter of seeds,
the farmland
and the plow,
where her hands
touched soft,
cold earth
crumbling
through fingers,
the bearing
of flesh
that rose up
out of her,
rising still,
her children’s
children,
and then theirs.
I bow down
to my human statue,
my stronghold.
Sun comes down,
and the light
around her head
is white. And I, last
born, on my knees
before her, kiss
the bones underneath
the skin, the toes
that ache with years,
eighty-one peeled down
like skins
of island fruit,
each one bearing
sweet flesh within,
and the bitter pit
we all must come to.
This she plants again
and sees it rise, not
from windows,
but from her place
in skies,
when, after years,
she will go on
living in clouds,
between suns,
looking down
on this ground,
where her feet stood,
planted.

Autora del poema en inglés:
Marian Haddad
haddadmarian@aol.com
USA
Traductor del poema al español:
Julio César Aguilar
210 485 9916
USA
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